Cuenca Alta

A más de 4000 metros sobre el nivel del mar, en la parte alta de la microcuenca Mariño encontramos lagunas naturales y artificiales (conocidas ancestralmente como q’ochas), humedales altoandinos, bofedales, praderas y bosques de queñua. Aquí trabajamos con comunidades campesinas, bajo acuerdos de cooperación entre la ciudad y el mundo rural.

Agua para Abancay permitió la restauración y conservación de más de 200 hectáreas de praderas, bosques y humedales, la instalación de cercados para evitar el sobre pastoreo y de una estación hidrometeorológica para monitoreo de precipitaciones, así como la capacitación de comunidades en mejores prácticas agro-pastorales y productivas como la cosecha y venta de hongos de pinos.

Así generamos mejor rendimiento y regulación hídrica, promoviendo el uso racional y sostenible de los recursos naturales.

Abancay Urbana

A 2.400 metros de altura, Abancay es una ciudad de 73.000 habitantes ubicada en el centro-sur del Perú. Rodeada por montañas de más de 5.000 metros, es conocida como "el valle de la eterna primavera" por su clima templado, que permite una agricultura variada. La región se caracteriza por su actividad minera y el cultivo de coca, que han contribuido al rápido y caótico crecimiento poblacional. Las presiones sobre los recursos hídricos, como mayor demanda, cambio de uso de suelo, contaminación y degradación de los ecosistemas, se combinan con los efectos del cambio climático.

El proyecto da asistencia al prestador de servicios de agua potable y saneamiento, EMUSAP Abancay, con el diseño de estrategias para reducción del agua no facturada, la puesta en marcha de un sistema automatizado para el control de redes de distribución y alerta de fugas, y la integración de los prestadores comunitarios, generando una gestión más eficiente.

Cuenca Baja

Las comunidades rurales,  regantes, usuarios del servicio de agua potable y los industriales son conscientes de la necesidad de cooperar para garantizar la conservación de los recursos hídricos. En la parte baja de la cuenca, donde se vierten las aguas residuales de la ciudad, el clima es más cálido y seco, y el líquido más escaso. Por eso, juntos, llevan a cabo acciones concretas.

Los comités de regantes reciben sus aguas a través de canales antiguos y deteriorados. El emblemático Canal Mariño, ya con desgaste, tiene 48 años y recorre el valle con su 28 kilómetros. Sus aguas son utilizadas y administradas por 10 de estos comités.

Agua para Abancay apoya a estas asociaciones para mejorar sus prácticas y cooperar con los habitantes de la parte alta. El trabajo comunitario, con las faenas, reúne a la comunidad para realizar obras de alta intensidad que benefician a todos. Las acciones implementadas están transformando la gobernanza del agua mediante la creación de plataformas  de diálogo, cooperación e intercambio de información.