COP26 - ¿Qué lecciones sacamos para el Monitoreo y la Evaluación de Políticas Climáticas?

El jueves 9 de diciembre de 2021 se llevó a cabo la 24° sesión virtual de intercambio de la comunidad de práctica de monitoreo y evalua-ción de políticas climáticas (CdPMyE).

Bajo el título COP26 - ¿Qué lecciones sacamos para el Monitoreo y la Evaluación de PolíticasClimáticas?, la sesión tuvo como objetivos conocer los resultados relevantes de la COP26 en cuanto a monitoreo y evaluación de políticas climáticas (acuerdos, recomendaciones, y tendencias respecto de la implementación del Marco Reforzado de Transparencia y del Global Stocktake) y en base a esto reflexionar sobre el trabajo futuro de la CdP. Se contó con la presentación de Julio Cordano, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile y participante del Comité de Adaptación de la CMNUCC, quien compartió los principales resulta-dos de la COP26. Seguida a su presentación, se contó con la intervención de Mario Jiménez, consultor sobre monitoreo y evaluación de acciones de adaptación al cambio climático en el Ministerio de Ambiente de Uruguay, quien dió su perspectiva desde una mirada de gobierno. En base a lo escuchado, se complementó la sesión con una reflexión grupal sobre los temas relevantes para el 2022.

“Necesitamos que todas las partes mejoren su transparencia climática para que juntos podamos tener una visión clara de lo que debemos hacer para proteger nuestro planeta para las generaciones futuras”

Alok Sharma, Presidente designado de la COP26

Antecedentes: Marco general de M&E de adaptación de la CMNUCC

Inicialmente, la convención brindaba una débil mención a los temas de adaptación, con negociaciones y acuerdos muy enfocados en la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Con el tiempo, la importancia de la adaptación se ha incrementado de manera complementaria a aquella de las emisiones. La respuesta inicial fue impulsada por el Grupo de Expertos de Países Menos Desarrollados (LEG por sus siglas en inglés) y a través de los Planes Nacionales de Adaptación (NAP por sus siglas en inglés) y las Guías de NAP validadas para todos los países. Ya con el Acuerdo de París, se acepta la paridad entre mitigación y adaptación y se entiende que el financiamiento debe enfocarse en ambos. Al reconocer la necesidad de financiar la adaptación, se obliga a encontrar las maneras de medir la efectividad de las acciones con respecto al dinero asignado.

En el marco del Acuerdo de París, se reconoce que la adaptación abarca dimensiones desde lo local hasta lo global, pasando por lo nacional. Se específica que las partes deben desarrollar sus NAP y sus M&E de políticas de adaptación (Procesos NAP) y se establecen las Comunicaciones de Adaptación como un nuevo instrumento flexible para el reporte de los avances. Se crea además, con un alcance muy general, la necesidad de contar con una meta global de adaptación y el hito al 2023 del Global Stocktake. Uno de los desafíos principales es mantener la coherencia entre sistemas M&E de adaptación locales y que responden a circunstancias muy específicas, y reportes a escala nacional, y posteriormente global.Por su parte, el trabajo del Comité de Adaptación ha sido importante.

Se han preparado publicaciones sobre lo arriba mencionado, desde especificas sobre los datos y los retos de la escala hasta los enfoques para revisar el progreso hacia la meta global de adaptación:

Sobre la COP26: Resultados y lo que se viene el 2022

El tema más político y difícil de abordar fue la meta global de adaptación. Como se mencionó arriba, a medida que se avanza en la evaluación de la adaptación hacia una escala global, lo local va perdiendo relevancia. Si bien la meta global y el balance global apuntan a aumentar la ambición, si no se consigue mantener el vínculo de la meta de adaptación con lo local, el instrumento puede llegar a perder su efecto catalizador para incrementar y alcanzar la ambición esperada.

En Glasgow, se aprobó el Programa Glasgow-Sharm el Sheik, con miras a la COP28. Durante dos años se realizarán cuatro talleres que informan a las reuniones de los cuerpos subsidiarios y que busca alcanzar una decisión en la COP28 (que corresponde también al año del Balance Global). Otros avances de la COP26 incluyen las tablas para el reporte del Marco Reforzado de Transparencia y el contar con marcos temporales comunes para una mejor sincronización de las comunicaciones de adaptación contenidas en las NDC. Adicionalmente se descata la fuerte presencia de textos de poblaciones indígenas, jóvenes, derechos humanos y perspectiva de género.

Con miras al 2022, el Comité de Adaptación generará un documento técnico sobre M&E de Adaptación que será importante para entender y aportar en resolver la brecha entre lo local y lo global. Además se prepararán guías adicionales para las Comunicaciones de Adaptación. Por otro lado, el Grupo II del IPCC, lanzará en febrero su reporte sobre impacto, adaptación, y vulnerabilidad.

Reflexiones generales

Por otro lado, a la fecha, Colombia está en proceso de definir sus indicadores del sector agrícola, tanto aquellos que permitan medir el avance en el proceso como aquellos que permitan medir impacto. Se reconoce que estos últimos presentan el reto de la medición a largo plazo que excede los tiempos de ejecución misma de los proyectos. El ejercicio de definición de los indicadores, de nivel local, regional y nacional, utiliza las herramientas del Sistema Integrado para la Evaluación de Vulnerabilidad, Riesgo y Adaptación que da las orientaciones y lineamientos para el marco de evaluación y permite la integración con otros sistemas.

En el proceso de evaluación tanto de la NDC y la Estrategia 2050, se trabaja en mesas específicas de monitoreo y evaluación para tener una definición clara y que los proyectos puedan tener desde un inicio las pautas de la medición de la adaptación de corto, mediano y largo plazo. Esta construcción conjunta de indi-cadores con sectores y territorios parte de la base de indicadores iniciales que se definieron en el 2015 y 2016. En los próximos dos años se espera tener instaurado y fortalecido el sistema en un sistema integrado de seguimiento al cambio climático que integra todas las distintas herramientas y plataformas.

Para avanzar de forma armoniosa con las tres metas globales (mitigación, adaptación y financiamiento) del Acuerdo de París, los tres niveles local-nacional-global deben conversar de manera iterativa. Si bien no hay una respuesta definitiva para llegar hacia un sistema de abordaje global, la meta global de adaptación debería ser útil para entender las necesidades diferenciadas y facilitar la distribución de recursos de tal forma que aquellos que tengan menos responsabilidades con las causas, pero se vean más afectados, tengan apoyo para hacerle frente.

También puede constituirse como un instrumento de referencia que resultaría útil a los países en el proceso de definición de los horizontes y objetivos propios hacia los cuales apuntar. Para avanzar hacia un acuerdo político que se haga cargo de cómo medir la efectividad global de la adaptación, se deberá partir de un estándar imperfecto y flexible que se adapte a realidades nacionales y locales. Si bien no será perfecto, será una figura “borrosa” que permitirá dar los primeros pasos y abrir la discusión para su mejora sobre la práctica.

Material de Interés

Sobre EUROCLIMA+

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El Programa tiene como misión reducir el impacto del cambio climático y sus efectos en 18 países de América Latina y el Caribe, promoviendo la mitigación, la adaptación, la resiliencia y la inversión climática. Para esto se implementa según el “Espíritu del Team Europe” bajo el trabajo sinérgico de siete agencias: Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Expertise France (EF), Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.

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