Escenarios regionalizados de cambio climático para Centroamérica

Entrevista a Ernesto Rodríguez Camino, Jefe del Área de Evaluación y Modelización del Clima de la AEMET, y miembro del Comité Científico Asesor del Centro (Scientific Advisory Comité).

 

23.01.2020 · Madrid (España)

Entrevistamos a Ernesto Rodríguez Camino, Jefe del Área de Evaluación y Modelización del Clima de la AEMET, y miembro del Comité Científico Asesor del Centro (Scientific Advisory Comité). Ernesto nos habla sobre la acción Generación de escenarios regionalizados de cambio climático para Centroamérica, que han estado acompañando dentro AEMET, en el marco de la línea de acción "Transparencia y Datos", del programa EUROCLIMA+.

¿Cómo surge este proyecto para realizar escenarios de cambio climático para Centroamérica? ¿De qué trata?, ¿Qué busca?

El proyecto surge de la necesidad detectada en Centroamérica de crear y organizar pequeños grupos en los diferentes servicios meteorológicos de la región que sean capaces de asumir las tareas de generar proyecciones regionalizadas de cambio climático y que a su vez alimenten los necesidades de datos para estudios de impacto y adaptación de los diferentes sectores sensibles a las condiciones climáticas. El proyecto y las tareas asociadas se propusieron en el marco de la Conferencia de Directores de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Iberoamericanos (CIMHET) y fueron integrados en el marco del programa EUROCLIMA+  de cooperación regional entre la Unión Europea y América Latina.

El proyecto tiene tres componentes claramente diferenciadas. En primer lugar, la creación de un grupo de trabajo regional que se forme en las técnicas de regionalización de proyecciones de cambio climático, Para ello, se han impartido cursos de capacitación sobre técnicas de regionalización específicas. En segundo lugar, la generación de escenarios regionalizados de cambio climático para la región de Centroamérica. Y finalmente, la integración de todos los datos generados en un visor amigable que permita la exploración y descarga de los datos. En el proyecto se ha trabajado en paralelo en las tres líneas mencionadas. Las dos últimas tareas se han desarrollado fundamentalmente por dos contratos específicos para generar las proyecciones regionalizadas y para desarrollar el visor siempre bajo la supervisión de AEMET.

¿Qué quiere decir escenarios regionalizados y qué tipo de escenarios se están desarrollando para esta región?

El término escenarios está bastante acuñado, aunque a mí no me gusta porque es equívoco. Normalmente se utiliza “escenarios” para hablar de “escenarios de emisión” que provienen del mundo de la sociología y de la economía. Nos plantean los escenarios de emisión, las emisiones de gases de efecto invernadero, de aerosoles y de otras sustancias que afectan al balance radioactivo y eso depende del tipo de evolución de la sociedad que tenemos.

En el mundo de la modelización, solemos hablar de proyecciones de cambio climático, que se hacen con la ayuda de modelos globales. Entonces, hacemos proyecciones de cambio climático con la ayuda de modelos globales. ¿Qué pasa con los modelos globales? pues que tienen una resolución espacial de 100 o 200 km y para cualquier estudio de adaptación de cualquier actividad eso es claramente insuficiente. Necesitamos información con una mayor resolución, o incluso información a nivel puntual. Si yo necesito construir un tipo de infraestructura, la quiero normalmente para una localización concreta. Necesitamos pues algoritmos de bajada de escala o regionalización. Los escenarios de los que estamos hablando son proyecciones de cambio climático hechas con modelos globales, y regionalizadas a la zona en concreto que nos interesa, con la ayuda, bien de modelos de alta resolución regionales, o de algoritmos estadísticos. Las dos cosas se emplean.

Para conseguir que estas proyecciones mejoren, ¿qué tipo de datos se utilizan y de dónde proceden estos datos?

Necesitamos dos cosas: si utilizamos algoritmos estadísticos, esa estadística se hace con una buena serie observacional larga. Buena quiere decir que no tenga errores, que sea homogénea, que no tenga cambios de instrumentación, por supuesto que no tenga cambios de localización… Esto parece simple, pero en la práctica no se da; muchas veces por cualquier razón una serie de 30 años se ha interrumpido durante 2-3 años, bien por falta de recursos humanos o porque no ha habido financiación, o por cualquier otra razón. Si no tenemos series de observación buenas y largas, pues tenemos un problema de partida porque estos algoritmos estadísticos hacen lo que pueden teniendo en cuenta este requisito previo.

La segunda cosa que nos hace falta, aparte de las observaciones, son proyecciones generadas con modelos globales. Eso sí tenemos, y tenemos porque hay muchas proyecciones y con muchos modelos globales -en el anterior informe del IPCC había del orden de 40 modelos globales-. Estos modelos proporcionan una colección de campos climáticos que mezclamos con las observaciones: campos de presión, campos de viento, campos de humedad…. Pero no todos los modelos proporcionan los mismos campos y aquí tenemos el problema: si hemos desarrollado un algoritmo que necesita datos de viento en diferentes niveles, a lo mejor esos datos no los proporcionan todos los modelos, y en consecuencia se nos reduce el número de modelos con los que podemos trabajar.

Así que son las dos cosas: datos observacionales buenos y datos de modelos globales. Con los datos de modelos, ahora mismo, es donde tenemos el menor problema; el problema más acuciante que tenemos es contar con series largas observacionales. Es importante decir que las series largas observacionales en muchos países, no cubren uniformemente todo el territorio. Por ejemplo, zonas que no están habitadas, o zonas donde hay o ha habido conflictos armados en el pasado.

En el caso de Centroamérica, ¿cómo son estas series observacionales?¿Qué datos os habéis encontrado para hacer las proyecciones?

Nos hemos encontrado series con muchos problemas. En general depende de países, depende de zonas dentro de países... pero tener una serie larga... eso tiene un valor altísimo. Una serie larga, como muchas veces decimos, debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Estoy pensando en algunas como las del Observatorio de la Marina de San Fernando en España, de 200 años. Tener un registro del clima en 200 años es valiosísimo.

En nuestro caso estamos hablando de series en muchos casos cortas, porque no hay una financiación robusta. Muchas veces, en los países la financiación está asociada a proyectos y cuando se acaba el proyecto, se acaba la observación y si viene otro proyecto empezamos otra observación, a lo mejor incluso no en el mismo punto, sino en un punto próximo.

En el proyecto Generación de Escenarios Regionalizados para Centroamérica, se ha conformado un grupo de trabajo. ¿Cuándo se conformó este grupo, quiénes lo integran y cuál es su objetivo?

Bueno, la idea de conformar un grupo de trabajo viene de nuestra experiencia previa dando cursos en Iberoamérica. AEMET tiene mucha trayectoria organizando este tipo de cursos, y algo que veíamos mejorable era lograr una relación más continua con nuestros colegas de los diferentes países. Por eso pensamos en organizar este grupo de trabajo para los escenarios en Centroamérica. Se conformó informalmente en un curso que dimos en Montevideo, en el año 2018. Los asistentes a ese curso, procedentes de los países que iban a participar en este proyecto de escenarios, fueron el germen inicial de este grupo de trabajo.

Uno de los componentes del proyecto es la capacitación a los servicios meteorológicos nacionales de los países centroamericanos. ¿Cómo se ha abordado este proceso en el marco del proyecto?

Para hacer esta capacitación nos hemos valido de nuestra propia experiencia. Nosotros empezamos a generar escenarios para España hace trece años, y desde entonces hemos generado tres colecciones de escenarios asociados a los diferentes ciclos del IPCC. Trece años son muchos años, y hemos hecho algunas cosas mal y algunas bien y, bueno, la línea no ha sido una línea recta; siempre hemos ido desarrollando sobre la marcha. La idea que teníamos con nuestros colegas era que ellos pudieran ir siguiendo una línea recta, evitando todos estos traspiés que hemos ido dando, y que muchas veces nos han ido frenando. Esto es la línea directriz que tenemos en este grupo de trabajo: que ellos procedan de la forma más rápida posible para generar estos escenarios, visualizarlos, y ponerlos a disposición de la comunidad de impactos y adaptación.

Con las capacitaciones que se han realizado ya, en el marco del proyecto, ¿crees que están ya preparados los países para desarrollar ellos mismos sus propios escenarios o dar seguimiento a lo que ya se ha hecho en el marco del proyecto? ¿Qué faltaría?

Bueno... esto es el comienzo. No podemos resumir nuestros trece años de experiencia en tres cursos de una semana y alguna otra actividad. Estamos empezando por lo que creemos que es más sencillo y más sostenible, y por lo que ellos pueden empezar a utilizar más fácilmente. Nos hemos centrado fundamentalmente en métodos estadísticos, que son más simples y más baratos computacionalmente hablando -no hacen falta grandes máquinas-, y dentro de los métodos estadísticos, uno en particular que requiere menos capacidad de cálculo.

Lo que habría que hacer posiblemente, es lo que hicimos nosotros: empezamos aquí con métodos sencillos, incluso tomando resultados de otros e integrándolos en los cálculos que hacíamos nosotros, e ir expandiendo y utilizando más métodos para ir sondeando las incertidumbres con diferentes modelos globales, con diferentes métodos de regionalización, cubriendo diferentes escenarios de emisión…. ir abriendo todo este campo de actividad poco a poco.

Es muy importante también que los países pongan los recursos humanos necesarios, y que estos recursos humanos tengan continuidad. Esto parece una obviedad, pero si la persona que está participando se “apea del tranvía” a los seis meses o al cabo de un año y sube otra, pues la que sube tiene que volver a empezar a formarse. Este tipo de cosas pueden ralentizar la actividad.

¿Quiénes serían los usuarios que utilizarían estos escenarios, y por qué es importante involucrarlos en el proceso de desarrollo de las herramientas?

Los usuarios serían todos los sectores afectados por las condiciones climáticas, y eso son muchos sectores. Todo lo que tiene que ver con recursos hídricos, con agricultura, con biodiversidad, con impacto en costas... Hay muchos sectores, y sectores cruciales para muchos países, que están afectados por condiciones climáticas cambiantes, que es lo que tenemos ahora mismo.

El principal problema es cómo comunicar los escenarios de una forma sencilla, rigurosa y que no requiera grandes expertos para descargar esos datos, para visualizarlos, para interpretarlos. Y esto me lleva al tema de cómo involucrar a los usuarios: los usuarios debieran estar, y aquí han estado desde el principio, participando en el diseño de las herramientas de visualización. Primero necesitamos conocer cuáles son sus necesidades; una vez conocidas sus necesidades, nosotros tenemos que aproximarnos a ellos poco a poco, porque las necesidades muchas veces son muy grandes, y esto es una herramienta que proporciona ciertas cosas, pero desde luego no nos resuelve cualquier problema asociado al cambio climático. El visor que desarrollamos nos proporciona información atmosférica sobre variables climáticas atmosféricas: temperatura, precipitación, vientos extremos. No nos proporciona ahora mismo, tal como está diseñado, información de impactos en ciertos sectores. Por ejemplo, a mí me han preguntado “yo quiero saber cuál va a ser el caudal de mis ríos”. Pues no, esto no da el caudal de los ríos, en el futuro lo podría dar, pero eso es otro proyecto, eso es otra cosa.

La información que da y que proporciona un visor, una herramienta como ésta, la podemos proporcionar con diferentes formatos, agregando la información de diferente manera: en forma de mapa, en forma de curvas de evolución, etc. En eso es muy importante tener la participación de los usuarios, para que nos digan exactamente cómo les puede resultar útil. Un usuario, por ejemplo, que está acostumbrado a trabajar con sistemas de información geográfica, le ayudará mucho que esta información sea directamente asimilable por un sistema de información geográfica. Un usuario, que puede ser, por ejemplo, un medio de comunicación, lo que quiere ver es una gráfica clara, con unos colores claros, y que las cosas se entiendan, y eso también se lo tenemos que proporcionar.

En el caso concreto del proyecto de Centroamérica, ¿cómo se ha abordado este involucramiento de los usuarios?

Organizando una serie de talleres donde hemos contado cuál es la idea de este proyecto. Hemos tenido sesiones de trabajo donde hemos discutido qué es lo que podemos hacer en el tiempo del proyecto -esto es muy importante: el tiempo del proyecto es relativamente corto- y ellos nos han dicho cuáles son sus necesidades. Y dentro de sus necesidades ha habido algunas que las hemos podido incorporar, y otras que tendrán que quedarse para futuros proyectos porque no todo entra en un proyecto como éste.

¿De dónde surge la idea de hacer un visor, cómo se está desarrollando y cómo queda tras esta consulta con los usuarios?

Hablando de presentar la información a los usuarios, la solución más razonable es tener un visor que, de forma amigable, nos permita navegar por todos los datos que hay. A esto, que parece sencillo, nos ha costado muchos años llegar. Cuando hicimos la primera colección de datos en AEMET, los datos eran una colección de ficheros, y el que quería se los descargaba, y era problema suyo visualizar esos ficheros. En la segunda colección, generamos unos ficheros para descarga  y además unas gráficas de evolución y unos mapas estáticos; era la segunda forma de abordar las necesidades de los usuarios, porque había muchos usuarios que necesitaban unas gráficas para tener un conocimiento cualitativo de cómo iban a evolucionar las variables que determinan el clima. Con la tercera colección ya nos planteamos, junto con la Oficina Española de Cambio Climático (OECC) hacer un visor, y el primer visor tenía pocas capacidades y potencialidades, calculaba pocas cosas, se movía con bastante rigidez…

Lo que tenemos ahora en España es un visor que se llama AdapteCCa, y que está asociado a un portal web de adaptación al cambio climático. El visor es uno de los elementos de este portal web y es el resultado de la evolución de todo esto que he venido contando: ficheros numéricos, ficheros con gráficas precalculadas, visor interactivo pero con pocas capacidades. El actual visor mejorado nos permite a golpe de ratón consultar la información y explorar –y  esto es muy importante- la incertidumbre que tenemos en nuestras proyecciones.

Todo lo que tiene que ver con proyecciones de cambio climático está afectado por incertidumbres: con respecto a las emisiones -no sabemos qué emisiones vamos a tener, y por eso planteamos varios escenarios: muchas, pocas, intermedias-; con respecto a los modelos -no todos los modelos globales nos dan los mismos resultados-; algoritmos de regionalización -no todos dan lo mismo, hay pequeñas variaciones, o no tan pequeñas dependiendo de las variables…-. Explorar esa incertidumbre es un elemento esencial del visor. Podemos explorar las incertidumbres y ver sobre zonas concretas, diferentes épocas del año, y agregar toda la información que tenemos. Tenemos información de muchas fuentes y poder agregar toda esa información ayuda mucho a interpretar la evolución del clima.

Con la experiencia que teníamos aquí con este visor que hemos llamado AdapteCCa, que ha tenido muy buena acogida entre la comunidad de impactos y adaptación en España, nos hemos planteado exportar nuestra experiencia. Y hay dos proyectos que ahora mismo están haciendo versiones similares del visor que tenemos aquí -no son exactamente iguales, no son especulares-.

Uno de los proyectos es el visor para Centroamérica, que está inspirado en nuestra experiencia, pero que tiene sus particularidades. Por ejemplo, las variables que hemos incorporado y los indicadores en este nuevo visor se basan en lo que nos han pedido los usuarios, o en la forma de agregar la información, pues nosotros aquí tenemos en latitudes medias cuatro estaciones muy definidas -verano, otoño, invierno y primavera-, con temperaturas, precipitaciones y tipos de tiempo muy definidas en estas estaciones. En sitios como Centroamérica, más próximo al Ecuador, las estaciones se definen de otra forma; suelen estar asociadas al régimen de precipitación, y normalmente tienen una estación seca y una estación lluviosa; la información en este caso interesa agregarla en estas dos estaciones. De hecho, en el visor se le permite al usuario definir los meses de su estación, al contrario que en el nuestro.

En el IPCC se está desarrollando como parte del Sexto Informe de Evaluación un atlas de proyecciones globales y regionales que esencialmente es un visor similar al de AdapteCCa y al que se está desarrollando para Centroamérica en el contexto de Euroclima+. Aunque  hay más diferencias todavía entre ambas herramientas, porque en este caso del IPCC no se pretende tanto que experimente el usuario, sino que se presente la información del Atlas de una forma un poco más amigable. No tiene tanta posibilidad de experimentar como tenemos en los visores de España y Centroamérica. Pero en cualquier caso, la idea de los tres visores es similar, aunque unos tienen ciertas capacidades que no tienen otros, algunas por la misma naturaleza de la región de la que estamos hablando o por la finalidad última de cada visor.

Más información sobre la acción "Generación de escenarios regionalizados para Centroamérica"

 

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